Hjelmslev planteó en su trabajo un análisis estructural del lenguaje, las cinco premisas básicas que subyacen en la estructura de cualquier lengua:
1.- Un lenguaje consta de expresión y de contenido.
2.- Un lenguaje ofrece una sucesión o texto y un sistema.
3.-La conmutación es el elemento que une los dos planos de la lengua: la expresión y el contenido.
Dentro de la sucesión y el sistema, es fácil apreciar un conjunto de relaciones. No se observa ninguna correspondencia uno-a-uno en-tre los planos del contenido y de la expresión. Los signos, en consecuencia, se analizan en componentes de menor categoría.
Hjelmslev se consideraba como único y legítimo sucesor de Sassure. En efecto: dos de los principios Sassureanos se advierten en la teoría glosemática: la lengua es forma y no substancia y toda lengua es simultáneamente expresión y contenido. La glosematica pretende estudiar la lengua únicamente desde el punto de vista formal y, a partir de allí, conseguir prácticamente lo que puede considerarse como un álgebra lenguaje. Hjelmslev distingue en este punto tres niveles donde Saussure veía solamente dos: La substancia de Saussure (realidad semántica o fónica), es denominada materia; la forma de Saussure, es substancia para Hjelmslev. El término forma, finalmente, Hjelmslev lo deja solo para el conjunto de relaciones que define cada unidad. Los tres niveles son relacionados por la manifestación, que para la glosemática es la sustancia de la forma en la materia.
El análisis de la forma con la lengua fue llevado por Hjelmslev hasta sus últimas consecuencias e inclusive propuso una clasificación psicológica basada integralmente en el carácter formal. Hjelmslev distinguió entre lenguas conformes y no conformes. – Lenguas conformes: están formadas por dos planos (expresión/contenido) con una misma organización formal y con diferencias sólo en la substancia. – La lengua no conformes: pueden ser denotativas, cuando el plano de la expresión configura ya un lenguaje. Sin ninguno de los dos planos constituye en sí un lenguaje (la lengua natural); o metalingüística. Si el plano del contenido constituye un lenguaje por sí mismo (lenguaje empleado para descubrir una lengua en particular), se tiene una lengua connotativa. El principio de Isomorfismo, se encarga de buscar un principio general para realizar el análisis estructural de los planos (expresión y contenido). Éste busca la semejanza entre el plano fónico de la lengua y el semántico. También pretende equilibrar el plano de la expresión y el plano del contenido.